Un ejecutivo de banca llamado Carlos se propone a llevar a sus hijos, Sara y Marcos, a la escuela. Después de arrancar, recibe una  llamada anónima diciendo que tiene una bomba bajo el coche y que si no le entrega una elevada cantidad de dinero, el coche volará en pedazos. También le pasó lo mismo a su amigo, pero al salir su mujer del coche, este explotó delante de Carlos e hizo que Marcos se cortara la pierna con un cristal. Después de un largo paseo y de negociación con la policía -porque piensan que la bomba la puso Carlos para que su mujer no se separase de él- dan con el culpable, Lucas. Al final, Lucas entra en el coche después de que los niños salieran y la bomba explota con él dentro, ya que Carlos salió cuando el coche era sumergido en el mar.